Digo yo: pues menos mal! Si así nos juega malas pasadas la cabeza, sí encima la tenemos más ocupada con otras tareas... Quizás pasara como con los móviles "tontos", que de vez en cuando habría que resetear porque se habría quedado gripado.
A veces también me preguntó qué cosas pasarán por la cabecita de mi niño: ¿agrupará las tareas y los pensamientos como lo hacemos los adultos? (los que piensen) Cómo me gustaría saber qué está pensando, qué está maquinando. Y él es feliz, yo también quiero. ¿Irá ligada la complejidad de nuestros temas de pensamiento en relación inversa con nuestra felicidad? Voy a dejar de pensar un rato para ver si tengo razón. Luego os cuento. Si me veis con una lucecita roja en la frente es que he dejado el cerebro en standby.
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