A veces la vida me hace sentir como una pelota golpeando una y otra vez contra un frontón, un muro que no se mueve, no cambia a pesar de tus esfuerzos.
Pero ahora el frontón se antoja curvo, circular... Y no importa cuántas veces me estampe contra él, vuelvo al mismo punto. Pero, al igual que la pelota, al chocar me deformo, pierdo fuerza, y cada vez salgo más perjudicado, salgo con menos velocidad...
Pero voy a seguir estampándome contra ese muro hasta que de pura insistencia y cabezonería le haga una grieta, y luego un agujero por el que escapar, aunque me deje parte de mi fuerza, de mí en el intento, aunque lo atraviese cambiado.
No me va a ganar!!
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